domingo, 30 de agosto de 2009

Lo Que Vallejito No Vió Llover



Una cruel arpía que se asbesta entre negra bilis aireando los fruncidos ceños de Dagón y el Caos Reptante. Recuerda cuando ya te empezaba a horrorizar la ominosa forma, sutil y gradualmente adquirida por tu cama en tu despertar-tras-otro. Notabas incluso la pasmosa comprobación de pupilas felinas en los ojos del jet-set.

No alcanzaría tanta piel de gallina para lo que sigue: Sauron el Aciago amasando, bajo cálculos inenarrables el control de la esfera terrenal y quienes asisten al Impostor a duras penas asimilan lo que les corre pierna arriba, soñando ellos quizás en compartir la herencia de su avieso apoderado.

Aristas hay muchas para agarrarse: recoge los visos tenues de intuición entre tanto mar de cibernio y autopista. Recupera aquel deleite en que te descubrías (i.e. la música). Empieza ahora sí por entender tu pasado, poner en orden tu propia casa y repasa la mirada a lo erroneo y a la euforia que sin duda nos abordan en el avanzar.

Recuerda las jornadas de Iggy al micrófono cayéndose y "volviendo en sí", remedando a trasnochados pupilos de Dyonisos. Furia y sed de vida y el cuerpo un cable para ser estallado de sobrecarga.

(Parece un espejo de mí tanto arrojo de jaurías dispuestas a todo. )

Denuncio estos planos irreales hechizos y equívocamente piadosos. Les pusieron sus Molochs a la medida de la pesadez de espíritu, y el impreciso comercio de un ritualismo orquestado en carruajes de Londres, Amsterdam, Paris y Nueva York. Cebaron tantos entendimientos que llegarían incluso a borrar la Sabiduría que llama a puertas humanas con imparable anuncio.

De vuelta a casa vamos y en el camino serán abatidas las máscaras. Contemplaras tu eden propio una vez te trasladas desde el lado opuesto (¿la indecición?). Llegada desde la contracara del espejo donde reina la desnudez de nuestro cuerpo sin esperar mas aventura que investigues esta presencia deseosa con sus rubores en picada (si acaso.)

Estallas cual seta alucinógena en la cabeza del chamán: pausas, te ignoras; vuelves la mirada y ha desaparecido lo tedioso y fluctuante del desmadre universal y la inarmonía. Pues bien, esboza un nuevo perfil para tus andanzas auspiciadas por los cohechos del grimorio. Ser y ser lo que se es: cuenta tu sentir y sabes que te dió resultado aquel improvisado teatralismo.



viernes, 21 de agosto de 2009

Hernandez y la Tauromaquia

En Torno a Dos Sonetos de Tauromaquia del Español Miguel Hernandez




A modo de referencia inicial suelen ser poetas como el alicantino Miguel Hernandez al igual que René Char, Georg Trakl, Artur Rimbaud y toda la tradición malditista quizás encabezada por el célebre nihilista Friedrich Nietzsche que desafiaron fondo y forma del arte y el ideal estético que curiosamente muchas veces pasan como rutilantes meteoritos por el universo de las letras y por qué no del "estrellato de las letras". No obstante como en este opusculo en torno a dos poemas de Miguel Hernandez reconoceremos por lo pronto que en primer lugar el arte es largo y la vida breve y en segundo lugar todo ocurre en términos de una corrida. Nicolás



1. El Toro Sabe Al Fin De La Corrida

El Toro sabe al fin de la corrida,
donde prueba su chorro repentino,
que el sabor de la muerte es el de un vino
que el equilibrio impide de la vida.

Respira corazones por la herida
desde un gigante corazón vecino,
y su vasto poder de piedra y pino
cesa debilitado en la caída.

Y como el toro tu, mi sangre astada,
que el cotidiano caliz de la muerte,
edificado en turbio acero,

vierte sobre mi lengua un gusto a espada
diluida en un vino espeso y fuerte
desde mi corazón donde me muero.





2. Como El Toro He Nacido Para El Luto

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por un varon en la ingle con un fruto

Como el toro lo en cuentra diminuto
todo mi corazón desmezurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en el corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.


lunes, 3 de agosto de 2009

Ser o No Ser en las Tierras de Den

-A manera de un Karaoke para el viaje-





Lo primordial en estos tiempos modernos, querido Horacio, es en mi franca opinion tener que cerrar aquellas puertas interdimensionales que no provocan mas que la invasión en nuestra frágil morada terrenal por parte de los hiperboreos que no traen siempre las mejores intensiones. Sabes que me hice tildar de loco pero algo de la vieja cordura preservé en mi corazón y sabes que no me dejé apasionar hasta rebosar de locura.

Hemos descubierto que eran ciertas nuestras presunciones en torno a la canallesca jugada: quieren entregar nuestro hogar paradisiaco a los verdaderos culpables de tanta confusión, guerra y politicastros. Estos son apenas esbirros que allanan la senda para que los tiranos de la antigûedad vuelvan a asentarse en los asuntos gubernamentales del planeta en que vivimos.


Sabes que dejé hace rato de perseverar en mi deseo de probar mi verdad, se que por dentro he triunfado contra el demonio de la frustración y la verdad esta gran estancia de Elsinor no me provoca sino las nauseas de no discernir entre lo correcto y la equivocación. A duras penas nos enseñaron mas que a reir y a vestirnos de payasos de lujo para las fechas memorables y las jornadas de peña cultural.

Y de cuantas cosas todavía me quedan por descifrar prefiero callar, Horacio mejor me vale seguir haciendo resplandecer el fruto de la duda y el silencio. Soy el que piensa y hace mas lento el ritmo de la lectura mientras se refleja en las esfinges de la semántica. Sigue buscando como el niño que ronda por la fuente de la plaza reconociendo monedas de diferentes orígenes al fondo de esas aguas en que los apasionados y los amantes arrojan su cuota de amor como tributo de las supersticiones encantadoras.


Quizás algo ande mal en el reino de la serpiente (Den-mark), posible estación de Quetzacoatl en los corredores de la Tierra Hueca, aprovisionado de magias, ambiguos caminos de conocimiento y la confimación de los eventos postreros.

Aún dudo que la frase de Fortimbras cuando morí se refiriera a una esperanza real para mí Horacio: que si hubiése sido mi reinado el mejor de la historia de este país: Papá tu nos economizaste el tener que buscar un cielo, Claudio no hizo mas que compartir las lentejas de Judas y Brutus.


La duda? La Certeza? Creo que he soportado los visos traumáticos de mi controversia contra todo y en contra mía.

sábado, 1 de agosto de 2009

El Angel de la Muerte




"La principal estratagema del diablo consiste en hacernos creer que no existe (Baudelaire)."

(...work in progress....)


1
Entre los caídos buscas el gran consejo como quien complace a devotos esbirros de la "tanatosofía". Ningún interés en la parte divina por parte de este de Joseph el mimado ahijado de policías secretas de fantasmas arios.


2
Merodeando autocomplacientes talleres, antros cancerosos solo por hacer la cruda burla de la fragil palpitación de las víctimas. Laboratorio preparado para las cobayas pensantes, allí no prevalece más que el proceso humanoide del infierno; relegada queda en adelante la opinión y la elección de una sociedad verdaderamente humana, sinceramente inter-cambiante. Esa voz consensuada, ansiosa de revanchas lógicas y de corazón no traspasaría los oídos de marfil en la cabeza de Menguele el tecnócrata principe de los campos de concentración.



3
Tus comercios, luciferino doctor solo hallan éxtasis en complacer el apetito insaciable de la jerarquía lagarta. Hey, esbirro sin hijos: tu vientre denota el rastro de las charcas infectas del sulfurado hades. Los silencios te denuncian, los estruendos se ruborizan con tu avanzada.

4
Vas de último mas hieres de primero, tanto como para sucitar el espanto en Adolph el "papi", aquél jefe de los campos sin sangre sino lava. En semejantes arterias de faraón....!para qué pues un corazón, para qué un llanto por los vencidos; si en efecto borraste el agónico residuo de alguna luz que te brindara algún devoto deva.


5
Negaste nuestra providencia al arrojarla en luciferinos alambiques expulsados de hipodérmicas artillerías. Habrías hecho palidecer a los avezados bohemios con una voz análoga al exhosto de aeronaves; jalonabas tu nave hacia los puertos del caronte, oscureciste los alerones de Icaro, incluso mucho antes de poder contemplar los destellos de baal (el sol).

6
(............¿....¡xxxxx!....?............)