Entre los Mitos y Leyendas de una Diosa
Madame de blancos dientes oscura piel y oscuros cabellos,
con mas cadera que arbol africano, a todo le sumas caracter
le imprimes tu escencia pura, firme de aceituna
brotando cada vez de tí un nuevo tipo de música
Me recuerdas percusiones que viajan desde los manglares de Juanchito
hacia tus arenas blancas y los jardines de tus aceras
Huí demasiado rápido de tu lado, quede como un cobarde
como cuando no apadriné a ese perrito que me persiguió
durante un día, pero volveré si quieres espérame
o lo que quieras pero volveré, me escucharás de nuevo,
donde andarás acaso? no hablaré solo
no miraré perdidamente las paredes.
Tengo que prepararme, moverme mas y no ser lento
dare un uso fuerte a estos brazos y a esta mente
no reventándome con los diversos desfogues sensuales
en terrenos ansiolíticos; hasta hoy fugitivo
del devoto puro, del maestro espiritual
¿y como reconocerle hasta este punto?
Es tiempo en que el corazón sienta
y no deja de ser opción (quizá oposición)
el hecho de endurecerce como una piedra
lo que cuenta para centrarnos es mantener a raya
aquella tiranía de los votos mentales
esa frialdad cuasi-reptil que te aleja de
el mundo de las sanas creencias propalado
por las señoras que salen de misa entre
las seis y siete de la noche
Entonces puede suponerse una cosa:
que se siente como un nivel cada vez hacia
simplemente esquivar flecha, fuego y piedra
y si se resume a simplemente eso el acto
mejor es que cobre alas y levante vuelo
nada de que nos trague la tierra o que
nos fuimos pa'l garete, nada de eso pana.
Sentido de campo-traviesa en este intenso periplo,
intenso por el sol cada vez mas radiante y por aquello
de sentir amor y todas esas cosas que mueven al ser
ir y volver volver y quedarse no volver siempre estrar
tener algo fijo o variable en la mente soñar sin el que duerme
o con el profesor de la siesta mas prolongada en las horas de la tarde
leyendo sus buenos textos de John Fante y escanciando chela
viajar con el que viaja y es posible que los oleajes platinados
de ébano de una cabellera te atraigan perrito bailarín
en manos de una mujer o en su dedo meñique
(en fin el controlador se aburre siempre de su objeto de dominacion)
(lo subyuga tratándole con desprecio)
Y si enloquece entonces quizás se entregue a los distanciamientos
con relación a esta pieza de culposa complacencia;
es normal que el factor de lo difuso
tome las riendas de los temas de pareja
creando así fantasmas de la nada
y quimeras que le persiguen a nivel psíquico
por eso te otorgas esa muerte de cuerpos sutíles
que se advierten como entes suicidas
capaces de encaminar a horrendas trajedias
para el individuo o los grupos caes en la vida de pesadilla
imaginando que acaso presenciaras la instancia lúbrica
para contentarte con echarle mas leña al fuego del deseo
Caminas una calle, lustras unos zapatos
o te embelezas con la tele: opaca ebriedad de lo diverso
Amor: orgásmico nexo entre la vida y la muerte (y viceverza)
Música: lo que te mantiene a flote e n un océano trági-cómico
del calentamiento, el clímax y el anhiquilamiento.
Lo que te nombra, esferas sutiles, aromas familiares
correspondencias entre cada reino, desgarradura en los improperios
en los agrios azotes de lenguas afiladas, en apuesta de vida o muerte
y aún sostenerse, luego entregarse al divino abrazo del renacimiento
para una nueva oportunidad cósmica, venir a completar misión.
recordar el infierno animal, acabar con el extenuante ciclo
de nacimientos y muertes.
Guardando la paciencia del caso en términos de estar cercano a Dios
servir cada día en la oportunidad que ofrece el Dharma
algo siempre nuevo, jamás repetitivo pues la monotonía existe
nada mas que en el abismo mental humano como una versión
superestructurada del mundo, estacionaria en su atmósfera
intelectualista y cargada de reconvenciones
sobre sí misma y las demás criaturas
Algo tan tedioso que no lo recomendaría en fin de semana-puente.
(...en el fondo sonido de lienzos agitados por el viento de Nueva Orleans...)
