viernes, 10 de mayo de 2024

Eco de Lyra y Orion

El roce de flamantes soles
Planetas bravíos que albergan entidades 
Tan brillantes y audaces
Que alcanzo a imaginar
Su indolente predisposición
Al rudimento de la moral humana

Eco de Lyra y Orión
En los visitantes de Andrómeda
Los Reyes son los Dioses del pasado
Los Reyes son fulgor prediluviano

Yo soy, espejo azul del Padre
Faro de cósmica vuelta a casa
Mientras las cuerdas y poleas del cuerpo
Fueron concebidas para ser controladas
No por las marionetas sino por los legisladores

Quedamos a un lado?
Quedamos a la espera de sus movimientos?
Fuimos los que se quedaron a merced
De un furioso despertar de fuerzas dormidas
Tal vez testigos de lo que vendrá
Ya sea despiertos o dormidos
A todos nos sorprenderá
El inconfundible sonido de muchas aguas
Columna de humo protegiendo el querubín
Dicen los poetas que no es recomendable
Ver fijamente al Gran Rostro
O si lo ves corres tu propio riesgo
Las tribus los tomaron por dioses
Nosotros también qué lo vamos a negar
Si decimos hasta inconscientes oraciones
Porque malos ateos si somos
Como cuando se va a pique el avión
O cuando todo parece irse al carajo

De cristal son los sueños 
que hasta puedes ver claramente
Todos los tiempos pasados y presentes
En una cinta rodando en modo onírico
Incluso los dioses se meten contigo
Manifestando entre líneas y sin asco
Lo fallido de su experimento humano
Y pues yo les creo a los Seres Brillantes
Que parecen guardar mucho silencio
Pensaría uno que se irán muy sigilosamente
Porque no encuentran solución 
(qué esperanzas para nosotros)
Y a ese ritmo nos inventamos las religiones
Cumpliendo así el designio secreto de los dioses
Mirarnos al rostro sin ELLOS ser vistos

Los primeros humanos eran frotados como lámpara 

El enigma tiene que resolverse piensa uno
La pregunta tendría que terminar
Y fundar un océano de certezas
Así se lo dice uno mismo 
Frente al espejo
Tallado por los Atlantes
Sin embargo la incógnita 
Nos mantiene tan vivos
Como el sistema cognitivo
De un cuervo 
O de la Ballena Blanca
No mueres solamente
Comienza tu inmortalidad




















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