En un horrendo pacto de silencio
Se trapeaba la sangre de los pisos
Y mientras baldeaban los cuerpos carbonizados
El señor de las moscas frotaba sus patas
Ante la oportunidad de oro
Que ocurría ante sus ojos.
El bonachón huésped de Casa Nariño
No sospechaba con su poética nariz
Del absurdo poder que entregaba a Ares
Alcanza la guadaña sangrosa
Para repartir muerte y aún producirla
Dentro de la vida de muchas personas
Que siguieron con vida
Y les costó tragar cenizas
Morir y verse morir
Para seguir con vida
En recuerdo del Holocausto
En medio de los misiles arrojados
En medio de las infernales volutas de humo
De las llamas que dibujaban espantapájaros
En el cielo capitalino, atónito
Con los juristas atrapados
En una desquiciada tela de araña
Sólo querer morir
Sólo querer morir
Operación de recuperación
Rastrillo marcial
Que desmenuzaba lo que estaba a su paso
Tanto los casuales visitantes
Como los rebeldes armados
Como la planta de personal laboral
Y los legisladores
Abrían los cascos verdes
Un infierno que ardería
Durante horas de tragedia
Humana, política y social
Y se llevaría en conflagración
Los index contra todos los peces gordos
Contra quienes entregaban a Moloch
Las usuales víctimas de nuestra guerra
Los medios amenazados, amordazados
No caben las voces de los reporteros
Secuestrado el presidente por el peso
Del poder fáctico con todos los medios posibles
Para crear el llamado de la aniquilación
Acaso un síntoma numínico
De la maldición consumada
En la capital cafetera
El rastrillo de la noche humeante
Instalando un conjuro de negra parca
En la casa del florero
En el va y ven estrepitoso
De tanques cascabel
Siseando como el cuerno de Belzebu
En los sótanos del Palacio.
El Leviathan creado
No se quedaría con nada
Porque el pacto de silencio
fue de hecho un trabajo de parto
para producir el engendro
Que devora las entrañas de un país
Permisivo con sus victimarios
Indolente con sus víctimas
Lanzado en caída libre
Desde que le entregó su destino
A distinguidos hacendados
Convergentes en los signos
De ubérrima gorgona.
Acaso perdón
Improbable olvido
La noche más larga
Jamás debió ocurrir
Y tuvo lugar para dar apertura
Al infierno sobre la tierra
Puerta que dudo mucho
Llegue a cerrarse
Mientras no se rompa
Aquél escalofriante
Pacto de silencio.
Los muertos hablan cada vez más claro
Arrojan sus endechas sobre la tierra
Que los vio padecer
En la noche más negra
(El golpe de estado se dio
en la retoma)