miércoles, 28 de julio de 2010

El Año Sabático de Francis Farmer



Oportunidad abierta
de negociar y multiplicarte
quieres aprender y no
puedes darte el lujo
de parar ni por el putas

me mato haciendo esto
para vivir mas tranquilamente
los años sabáticos vendran
los descansos seran posibles
y de qué manera, por que
he de volverme imparable

y sin perjudicar he de
sacar el mejor partido
porque tengo el viento
a mi favor, si señor

que putas, empiezo
desde donde estoy
trabajo en el plan
y este luego ha de trabajar para mi

y de hecho el plan ya trabaja para este pecho
porque no soy yo y mi fuerza
sino la fe que me impulsa
a no detenerme

ninguna lerdura de estado de reposo
trabajas en los reconditos pliegues
de tu mente para transformarte dia a dia
no hay nada mas placentero por el dolor que causa
el infligirte tu propia lobotomia

soy Francis Helen Farmer
quien ha reunido dentro de sí las fuerzas
que le faltaban en la infancia
quien sucumbiría en su juventud
al embate inclemente de su propia locura

nada de eso, tonta, deja de prodigarte
tando mar de auto-conmiseración
deja la egolatría viciosa de tu narcisismo

y ponte en marcha al nivel
de tus sueños de avanzar
porque infinito es el mundo
que tengo de aquí en adelante

sin importar si estoy en ceros
pero ni siquiera eso es absoluto
porque quedan los tropiezos
y el paso en falso
como esas cosas de las que
termina una por aprender

(Me conduje redondita hacia el hoyo
para no volver a caer dentro)

los años han pasado
y algunas canas
adornan mi sien


.

2 comentarios:

Zayi Hernández dijo...

La primera vez que oí hablar de ella fue en la canción de Nirvana. Me gustó tanto que busqué su historia y la pucha! no me gustó nada lo que leí. Tuvo una vida terrible, lástima que teniendo esa cara de ángel haya tenido que vivir entre demonios.
Muy bueno lo que has hecho con ella.
Un besito.

niñaraña dijo...

Dar una excusa para lanzarse al ruedo, pensar en la meta, sin obstaculos, que para ellos tengo un cuerpo!, y en medio del escenario azulino, deletrear palabra por palabra, verso por verso, el increible cantar de la victoria!