La noche anterior Randy acariciaba el hombro de Ozzy
Enviaba consejos de hijo bueno a su chiflado padre
"Algún día tú mismo acabarás con tu vida
si sigues bebiendo de esa forma"
El chico maravilla de la guitarra no sospechaba
que al día siguiente los colmillos de Mr. Crowley
se clavarían profundamente en su destino.
Andrew, el piloto había esnifado algunas lineas
creyéndose la leyenda del pequeño dios
La cera de las alas de Icaro se escurriría
por las sensitivas ventanas de su nariz.
Crowley estaba de pesca ese día
y puso su mirada en el joven Randy
el hijo adoptivo del Príncipe de las Tinieblas
Crowley le arrancó su prodigiosa vida
en medio de una gigantesca flama
y el humo negro que formaba
una montaña de almas en pena.
En la esfera de vidrio de la inmortalidad
quedaban las ideas artísticas
el grado honorífico en guitarra clásica
y entre los vientos esparcidos de eternidad
los mejores solos de la historia del rock.
Los ángeles palidecerían con
este inusual Paganini
opacando la simplicidad
del coro infernal
y su reflejo en los cielos
Quizás la nada con su ceguera fatal
se cobraba por ventanilla
lo que no le importa despedazar
lo que no le importa dispersar.
Randy construía torres de Babel
con un ímpetu que a duras penas
pudo soportar el Rey de Este Mundo
demiurgo aciago, enemigo
del ideal de belleza
cretino que sobrepasa en maldad
al chivo expiatorio del Hades
Demonio fiel a sí mismo
aura musical que desafía
al usurpador de la belleza
belleza letal porque
hace palidecer el reino
del Tirano Cósmico.
Un aura de muerte
perseguía al sacerdote Ozzy
y blindado como un hombre de hierro
tuvo que ser herido colateralmente
La muerte puta y cobarde
borró con fuego y metal
la vida del ángel musical
grabando en las tablas de la historia
la eterna juventud de Randy Rohads
velocista prodigio
sutiles dedos de ángel
amante de los oídos
sensitivos en la música
de las impalpables esferas
Inventor de nuevos sonidos
inventor de un nuevo tiempo
en el universo maldito
de los artistas
Infernales.
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