jueves, 9 de mayo de 2013

Remembranzas de un Manifiesto Caldense











Las primeras visitas que le hice a mi amigo Juan
en la ciudad de Manizales me colmaron de alegría
por todos los conocimientos compartidos
en relación a la poesía maldita, la novelística
y todo libro raro o hecho curioso
que se gesta en el hipotálamo


Desfilaron los bajos de dos cuerdas
del músico neoyorquino
Mark Sandman
y mucho mas de aquel jazz
que era como la patria
hermosa de nuestros sueños
sueños de músicos jazzeros
que tocan noche tras noche
y no saben lo que es
la desazón
de vivir
en una vereda
de miércoles


No podían faltar los licores
las yerbas malditas
y otros voltajes en estas tertulias
infernales e inclementes con el cuerpo
donde los improperios contra
la estupidez y la ignorancia
desfilaban en jornadas
etílicas, cantarinas
jornadas
de cantina
y barra libre
sólo para seguir
como los peripatéticos griegos
formando los versos de oro
para tejer de ventana a ventana
de estrella a estrella

Deseábamos las revoluciones cósmicas
que adelantábamos detrás de la pechera
y la camiseta polo que marcaba en ese tiempo
apenas nuestras costillas
de nada ortodoxos lectores
e inventores de pinturas mudas
y poesías ciegas

En toda la fila de muslos
y pestañas pestañeantes
que se limpian la lujuria
con el paño de la lubricidad
formando caminos
que conducen a minas
de oro
de exceso
y delirantes
comedias
amatorias













Acudiendo a la Beatriz
del viejo Dante
para que nos asista
y nos creamos
que hay
nuevos dioses
pero que son
difícil
de encontrar
por la corrupción
mental
durante
el largo
proceso
evolutivo

Y nos sentábamos
a redactar los caóticos
manifiestos
para acabar de una
vez por todas
con el juicio de Dios
con todas las
ataduras
para estas imaginaciones
que si pueden
ayudan a la humanidad
mientras se ayudan
a sí mismas

pobres los gatos
que se recogen
a llorar todas las noches

con este eléctrico
donjuan
nos reunimos
a reir
y salimos de cacería
a elegir
las damas de la noche
a las que
más adelante
les prepararíamos
comida italiana
y haríamos
más





1 comentario:

Unknown dijo...

mugneco, es imposible olvidar ese tremendo e incendiario manuscrito llamado Ex Manifesto Rex!!