El Judeocristianismo tiene a su Satanás
Cómo los hermanos del Congo tuvieron a Leopoldo II el demonio de las manos cortadas
El martillo solo habla de la maldad
Del hombre blanco
De la danza del caucho
Tuvieron que abrir el chorro de la sangre nativa con tal de ver correr los diamantes y el oro de la selva congoleña.
El anciano solemne de barba blanca que hace estremecer al general con bigotito de Charlot.
Nada pudo ver de lo que ocurría Rio Arriba
Aquel rey con pleno apoyo de políticos infames en ambos lados del Atlántico se entretenía con las vírgenes que debían entrar en las fauces del verdadero Barbazul pero desteñido y mucho más infernal, las llaves de sus castillos son inciertas y vislumbran las futuras guerras por valiosos minerales empapados de humeante sangre. El ogro seguramente es hervido en la Gehena ahora mismo.
Nunca pusiste un pie en tu colonia del Continente Madre anciano terrible, sin embargo te hiciste llamar el benefactor del Pueblo Congoleño y trataste de blanquear tu imagen mientras las miasmas invadían toda tu luz espiritual hasta ser el horror mismo de Satanás que palidecía como hermana de la caridad.
Leopoldo y las bombas nucleares sobre Japón me arrojan una vez más y con toda a los brazos del desafiante fantasma que recorre el mundo, sin embargo alguna vez soñé con que los hermanos de la selva contaban con las armas necesarias para repeler al séquito de Infernal Monarca, por ejemplo un concierto mayor de pólvora bien dirigida a fin de mantener el territorio protegido de amenazas externas y el Satanás de Bruselas fue la principal de las amenazas pero logró diezmar al país mientras se mantenían abiertos de par en par los yacimientos del sufrimiento africano. O los habitantes precolombinos con sus obuses instalados en las costas mexicanas, mexicanas y caribeñas de modo que Cristobal Colón, el monstruo de abiertas fauces
No hay comentarios:
Publicar un comentario