viernes, 30 de junio de 2023

Las Calles Fracturaron el Pie del Inmamable

 Hace un año exactamente las calles fracturaron el pie del Inmamable, también conocido como el mochacabezas. Luego de 40 años y con el mundo reventado a nuestras espaldas dejamos de hacernos los de la vista gorda y salimos a encontrar a nuestros semejantes en los mismos parámetros de lucha pues entendimos que nadie vendría a salvarnos el País sin antes contar con un trabajo de base, nunca es tarde dicen pero muchas veces es demasiado tarde y hemos estado casi hibernando por lo que es hora de resurgir de entre los muertos mientras oigo la voz que me dice agúzate que los problemas nunca duermen y si te duermes eres casi un muerto. Es difícil el mundo en tanto que una inmensa prisión de castigo y vigilancia, es dificil tolerar a todos y a ratos no hacerse el muerto como táctica de supervivencia; que se tengan duro los que perseveran en arrebatar el derecho del pueblo porque una nueva generación con una nueva explicación se ha unido en musculosa fuerza. 

Al monstruo le lanzamos poemas como ojos en llamas que consumen los sarcillos de la medusa mostrando así el talante que imbuye al titiritero, su estrategia ya está muy clara y no tendrá más que huir y seguir huyendo hasta que los cojines de la fatalidad le acaricien las mejillas, te estás con muchas bromas y ni te saltas las comidas. De postre emplearse en cabalgar el ejemplar de paso fino sin que el adorable anciano se atreva a asustar a las leves moscas de la finca: es cierto somos muchísimos más no así las conexiones del poder de facto nos han superado con su forma de presentar los hechos y la información ya que por si mismos dan sustento a la opinión pública formada por los venenos más sutiles del discurso, arma cargada al comienzo y al final de la guerra depende como la quieras usar.

Y en cuanto a las Serpiente ésta se nos hizo muy didáctica, cada una de sus escamas nos habla en la clave maestra del reptil que se levanta como poderosa maza que hierve en las calles atestadas de personas al borde de una toma colectiva de consciencia, en sus ojos se mira el rastro dejado por la Víbora Real pues ella no se está con rodeos y llega directo a la torre de control, seguramente a la estación central del sentimiento donde in banda improvisa la sinfonía universal con el concurso de todos los instrumentos musicales del mundo.

El tirano puede venir como un actor de muy dudoso talento: el chiste que nace tierno y crece rabioso hasta imponer su cruel teatro en la escena misma de la realidad: el guasón en algún momento cruzó a nado las aguas negras del mal y se sentó en el Trono de Satán desde donde solo será defenestrado por el poder del Oso. Hiciste el papel de tirano en la obra y ahora lo eres en la vida real: menuda la esfinge que nos miró en plena distracción hasta despertarnos en medio de claras amenazas de obliteración total.

Occidente parece haber caído en su propia trampa, el karma del colonialismo vuelve con toda a reventar con sus uñas de puta en revancha la burbuja del autodenominado Mundo Civilizado. Es cuestión de tiempo para ver el último obus atlantista hecho flecos en la picadora de carne de las fronteras que se corren paso a paso bajo la lluvia de acero. Yo vi al Occidente Colectivo tocar pared y desbaratar todo su presupuesto bélico y social  mientras seguía la pauta de los impresores de billetes y los forjadores del arsenal, no es porque haya paz que se acaba el negocio, luego otro negocio vendrá.

 




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