lunes, 23 de marzo de 2009

Vestigios del Nadaísmo

Hay que matar tantas alegrías
Hay que matar tantas esperanzas
Hay que matar tantos injustificados descansos
Hay que matar toda esa confianza vana
Hay que aplastar el falso esplendor
Mataré lo que no se asimile
Al pavimento.

Hay que matar tanta excesiva modestia
En los seres que confrontan el sistema
Hay que matar los intentos desviados de redención
De lo que no seas tu oh desdeñado sueño mío

Mejor recobremos el hálito divino
de la creación y dejemos ya de buscar
con estulticia el ombligo del mundo

1 comentario:

Nicolas Nautfal dijo...

Vamos que del nadaísmo solo queda la pedorrera mamerta que solo nos anestesia del ambiente de trampa y "cepos para atrapar capones" por lo demás el buenazo del Gonzalito, doble del filósofo de Otraparte debe estar revolviendose en su tumba o bien buscando una una nueva oportunidad de tomar por asalto a los que nos colocan esa trampa quizás concientes de que se la colocan a sí mismos untando a todos y llevando ellos mismos del triste bulto de los pecados nacionales. Que vá, Aranguito no ha muerto y aquí profanamos un poco su memoria y nos burlamos de nuestra propia incapacidad.