Historias de la Calle (un pequeño refrito...ups!)

Anécdota desde Ciudadela Desepaz
Cali




Como le parece esto amigo lector.
Resulta que a uno también le toca ver las duras y las maduras para aunque sea comprender lo alocado que se encuentra el sistema docente que se vive desde la modalidad nefasta por mucho denominada “prestación de servicios educativos por cobertura”, instancia que implica las mas de las veces, eternidades de meses para recibir el sueldo de regla. Si, aquel del que a uno le hablan el día de la entrevista.

Pero lo que no deja de resultar casi sádico dentro de este sistema es la ausencia brutal de unas buenas relaciones de comunicación entre las diferentes figuras que hacen parte del proceso: docentes, estudiantes, directivas, familia, lo que genera episodios como el que me ocurre el lunes, primer día después de la Semana Mayor cuando encuentro cerrada la sede del liceo ubicada en ciudadela Decepaz, pegándome el nada despreciable periplo en el MIO atravesando la Sultana de cabo a rabo.

Zaz! Que me tengo que devolver con una agenda de trabajo por mas descuadrada y que tal las perlas de sabiduría: el colegio no programó clases o qué putas -se yo- pero los vergajos debieron darme aviso durante los días santos sobre la prolongación del cese académico hasta el lunes de pascua, para así no tener que perder tiempo y dinero; así que definitivamente repailas.

A devolverme entonces a Cali abordando uno de los alimentadores del masivo de occidente, para así planear como aprovechar este tiempo libre durante la mañana entre 7:15am y 1:00pm, que por un deber sagrado debió emplearse en regar hojas de vida para pensar en irme de este trabajo en que uno se esfuerza como bestia de carga para ganar unos cuantos denarios que sirven por el momento para pagar ciertas deudas y sobre todo para recargar la tarjeta de usuario MIO.

Perdonadme, pero recordar lejos de ser pecado es vivir.