viernes, 21 de agosto de 2009

Hernandez y la Tauromaquia

En Torno a Dos Sonetos de Tauromaquia del Español Miguel Hernandez




A modo de referencia inicial suelen ser poetas como el alicantino Miguel Hernandez al igual que René Char, Georg Trakl, Artur Rimbaud y toda la tradición malditista quizás encabezada por el célebre nihilista Friedrich Nietzsche que desafiaron fondo y forma del arte y el ideal estético que curiosamente muchas veces pasan como rutilantes meteoritos por el universo de las letras y por qué no del "estrellato de las letras". No obstante como en este opusculo en torno a dos poemas de Miguel Hernandez reconoceremos por lo pronto que en primer lugar el arte es largo y la vida breve y en segundo lugar todo ocurre en términos de una corrida. Nicolás



1. El Toro Sabe Al Fin De La Corrida

El Toro sabe al fin de la corrida,
donde prueba su chorro repentino,
que el sabor de la muerte es el de un vino
que el equilibrio impide de la vida.

Respira corazones por la herida
desde un gigante corazón vecino,
y su vasto poder de piedra y pino
cesa debilitado en la caída.

Y como el toro tu, mi sangre astada,
que el cotidiano caliz de la muerte,
edificado en turbio acero,

vierte sobre mi lengua un gusto a espada
diluida en un vino espeso y fuerte
desde mi corazón donde me muero.





2. Como El Toro He Nacido Para El Luto

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por un varon en la ingle con un fruto

Como el toro lo en cuentra diminuto
todo mi corazón desmezurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en el corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.


1 comentario:

Unknown dijo...

Buena amigazo!

debo confesar que la Tauromaquia no me gusta, el sufrimiento infligido a los seres vivos no me va. Pero claro, el simbolismo de estos poemas si que si! me hiciste acordar de un texto de García Lorca, un ensayo sobre el Duende, ese espíritu que posee al torero para que la corrida salga a pedir de boca, es decir con dos orejas y rabo! o mejor exonerando al vacuno y izándolo a la condición de Semental! El duende, ese Lorca!

prometo buscar el ensayito