Placer, Diminuto Placer

Notas traidas
de los cabellos
y otros huesos
restituidos
del caos


I

Trenza aromática, testeada por las caricias
rastro violento dejado por visitantes
interestelares que preñan tus cavilaciones
te crees inspirada pero te siento abducida
hasta noto abrirse el ojo de tu frente
y doblas paraguas con tus pestañas
nacen gatos erizados de tus noches
quienes tocan los pianos templados
por el cadaver exquisito de Lenin
y los fusilados en noche tragica
copulados por los fantasmas
de la noche de san bartolomé


II

desde entonces te produce dentina
el morder tantas guayabas lisérgicas
de modo que compartes en tu espejo
los mundos que se desbarrancan
revelando dramas en ascuas
y veloces lances de puñal por parte
del malvado Sauron


III



Que ni te mire el que se sentó
en el trono de Satán allende
las montañas del Cáucaso
que le enseño a bailar a las diablesas
para conquistar a los pasajeros
del coche presidencial
en su paso por la urbe de Dallas
y situaron a Oswald en mala hora
mientras sopesaba volúmenes
de ciencia jurídica en el deposito
de libros y le figuraba cargarse
al agente tippit en su loca marcha
hacia el teatro del distrito
patadas y puños, el ojo hinchado
y tras el desplome de la lógica
no queda mas que reirse
hasta por las uñas y morderle
las tenazas a la sacrílega mantis
quien juega siempre con los
dados cargados a su favor
y en su armario hay mas
cabezas reducidas que
en el imaginario cósmico Shuara


IV

pero se te escabulleron
los que agenciaban la mision
entre las selvas
por la profundidad
de las cavernas
que abrigan
tesoros tan grandes
como la corona del sol
nunca eclipsados
por los silencios intraterrenos
ni los pajaros de Tayu
que se mueven como
peces ciegos por
galerías subterraneas
en la vastedad de
la selva amazónica.


IV

Hasta tu sonrisa me hace
crecer alas tan suaves
que siento huir la tierra
de mis pies de pluma
ectoplastmática.
y observo desprenderse
a pedazos tu rostro
que me revelas la
blancura de san la muerte
trascendida a los jardines
de hierbabuena erótica
donde pacen tranquilas
las ovejas ataviadas
como lolitas de rebaño
y no duermen y no duermen
y no duermen contemplando
sus faldas escocesas
traspasadas por el olor
del whisky como prueba
de las violaciones acaecidas
la noche anterior
huelen al ambil de los billares
con entrada pero sin salida
y su desprecio de la queja
es tal que se complacen
de estar hasta el cuello
sumidas en el fango

¿donde queda la música?
tensada en los pelos de choclo
resonada en los hielos
de las montañas andinas






Añadidura

Rueda inspirada
que borras las calaveras
del pasado enojoso
y desolla la babilla del letargo
gira con mas ímpetu aún
entre tanta amenaza
de torrente perverso
y trilla tanto maíz de bajada
que promueve quizás
tamaños atentados
contra mi taller
de madrugada

oh rueda envía
tus emisarios
a derramar refrigerio
sobre mi vigilia




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