Los cambios son buenos y que mejor para exaltar la belleza de los cambios que una simple exaltación de la personalidad del padre Crespi, es el señor de la foto del banner del blog. Don Carlos Crespi se encuentra muy cerca del corazón de los cuencanos en la provincia del Azuay en Ecuador, es como decir que si en Ipiales tenemos el Santuario de Las Lajas, en cuenca tienen la personalidad del sacerdote italiano que entregó su alma a los indigenas de los andes y haciendo historia como uno de los santos que hayan conocido las calles de Cuenca, que por muchas razones tanto de índole romántica y prohibida adquiere un poder de embrujo sobre propios y extraños.
A tal punto es el fervor aún latente por la figura de Crespi que se ha convertido con el paso de los años (su muerte acaeció en el 1981)en un vasto referente, cultural, arqueológico y sorprendentemente humanista: el curita todavía seduce con su cordialidad de turista sorprendido a jovenes y a veteranos en una ciudad a la que por fin le era otorgada su figura heróica. Por ello esta falange siente algo de rabia por el hasta el momento impune descuido de los descubrimientos del misionero italiano que llegara a Suramérica a dedicar su vida a pueblos exóticos como los aislados Shuaras y múltples grupos andinos de la region azuaya y del Morona donde reinan las montañas amazónicas y los ecos de civilizaciones perdidas que se ocultan de la codiciosa búsqueda de los zaqueadores, allá donde se le muestra lo primigenio si acaso a los ojos de Dagón que simplemente se adormece en su craso desconocimiento de estas realidades.
Pero Crespi ante todo inspiró de tal forma a su gente que le erigieron un busto conmemorativo justo al frente de su parroquia mas querida "María Auxiliadora" de su Cuenca entrañable.
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