miércoles, 8 de abril de 2009

Paradiso Faux Haikai

*
Hermanos en el dolor
casi hambrientos
sin dormir
es tiempo de gozar

*
Si recorres
con tu mirada el mar
solo las arenas
te hablarán de mi

*
Rompiste de quebrantos
mis costillas y mi suerte
los colores de la vida huyeron
volvió a graznar el cuervo

*
Este cuerpo delgado
esta mirada pálida
quizás la muerte
se sienta reflejada

*
Deja que los lobos divaguen
por el césped del sueño
y que los morenos fantasmas
inspiren tu bell-cantar

*
La voz se torna densa
y las caricias estropajo
te contemplo soledad
desde mi caleidoscopio

*
La escapada de los demonios
fue sumaria puesto que el rey
brilló con luz propia

*
Todo un dibujo de piernas
rayando el pavimento
rasgando en arabescos el mapa
desnudando el error del adversario

*
Beatriche
¿era mucho pedirte
que aún fueras toda carne
en el infierno?

*
Aquí en miércoles
para toda manifestación de Dyionisos
Apolo da cátedra
y la multitud dispone

*
Cada vez más
una vez más
por última vez
han de abreviar
el discurso

4 comentarios:

Nicolas Nautfal dijo...

Me tomo el sano atrevimiento como creador de este blog de hablar en cuanto a las producciones líricas personales; en el caso de estos faux haikai (falsos haiku) pienso que no puedo dejar de sentirme un tanto profanador de las reglas tradicionales que definen la composición del haiku. Se me ocurre que en teérminos de economía gramatical habría un sentido comparativo entre el haiku y el terceto que conforma la presentación del soneto.

Unknown dijo...

la necesidad no es mas que un pretexto
necesidad de exactitud
el paso definitivo desde la cantidad
hacia la calidad de las palabras
alcanza su expresiòn máxima en el haikú
bellos son los frutos de los cerezos
efìmeros y eternos como las 17 sìlabas de Basho...

imagina la prosa de kerouac que fluye intempestiva como un salmon contracorriente

imagino los sonetos degreiffianos pluscuamperfectos imagino la narraciòn caicediana en su pletòrico extasis musical!

Nicolas Nautfal dijo...

No nos hagamos los bobos, definitivamente Cali dejó de ser el destino turístico de otras épocas, y razones como estas hacen que se busque el Paradiso del viejo Jorge Isaacs que en su locura por los amores imposibles y los paisajes amables escribiría desde Santa Elena la Vieja su "María" libro que sigue cautivando a las nuevas generaciones. Me gustaría releer con juicio esta joya de las letras vallecaucanas. De alguna manera estos Faux Haikai exaltan -desde la humildad de nuestra parte- esas latitudes antiguas del Valle donde solo reinaba la extensión de la jungla tropical del pacífico y que posteriormente sería arrasado en buena parte debido a la sed industrializante de los gamonales de la región. De alguna manera el quehacer poético puede conllevar cierta dósis de turismo guiado, un tanto de rumba exesivamente alcohólica y sin duda tu cuerpo arrojado al platón de la pick-up para ser llevado a una hamaca donde sería grande el regalito de regurgitaciones y otra vez la posibilidad de haberme ahogado en ello.

Unknown dijo...

jajaja! la Maria... debo confesar que la literatura costumbrista no es mi fuerte, bueno, al menos con la colombiana.